martes, 10 de noviembre de 2015

"Cuchi cuchi"

Editorial: Edelvives - Colección Texturas
Autor: Émile Jadoul
Mi recomendación: desde el nacimiento hasta los 18 meses


Éste es uno de los ocho títulos que forman la colección. El hecho de que todos ellos contengan texturas hace que los enmarque en la primera etapa, hasta los 18 meses, aunque todos son muy divertidos y pueden funcionar igualmente bien hasta los 3 años.

Como ya os he comentado en otra ocasión, Émile Jadoul es mi debilidad y sus cuentos mi perdición...jeje.  De nuevo hace alarde de la simplicidad de sus historias al presentarnos este título que invita al juego.


El contacto físico con sus figuras de apego, es uno de los estímulos más valorados y necesarios para los bebés, junto con el lenguaje oral por el que muestran un enorme interés desde que tienen pocas semanas.
Los momentos de juego compartido preferidos de Bubi, son aquellos que mezclan canciones, poesías, onomatopeyas...con caricias, cosquillas, balanceos... Seguro que se os viene a la mente algún momento similar con vuestro bebé.

Pues éste es uno de esos cuentos que favorece dichas situaciones de juego, ofreciéndonos como medio el elemento perfecto: dos manos dispuestas a hacer cosquillas al grito de "¡cuchi, cuchi!"
En cada página aparece un nuevo animal al que le hacen cosquillas en una parte diferente de su cuerpo que presenta una textura distinta en cada caso. Hasta aquí podría servirnos para trabajar el esquema corporal.

Pero además cada página supone una adivinanza, tratando de imaginar a quién puede pertenecer esa parte del cuerpo que está siendo "cosquilleada" (este verbo debería existir...jijiji)
Cuando desdoblamos la página aparece el animal, del que podemos imitar el sonido o cantar alguna canción relacionada que conozcamos. Pero, por si hasta aquí os parece poco, el nombre de cada personaje que se nos presenta rima con el nombre del animal. Así encontramos a Curro el pequeño burro, Amaranta la elefanta, Jacobo el lobo...





Y entre cosquillas, adivinanzas, texturas y rimas, llegamos a la última página del cuento en la que descubrimos que esas manos que hacían las cosquillas eran de un niño...¿qué creéis que hacen entonces los animales?



Y si os habéis quedado con ganas de más, me dejo en el tintero otro título que también invita a hacer cosquillas. Ése para otro día... 

¿No te apetece empezar ya mismo a "cosquillear"? ¡Cuchi, cuchi!

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