miércoles, 9 de diciembre de 2015

Ver las luces de Navidad

Me encantaba de niña y me sigue encantando ahora. El pistoletazo de salida para activar el chip navideño llega con el encendido de las luces.
Si normalmente a mí ya me gusta pasear, os podéis imaginar las caminatas que me meto desde que nació Bubi...jejeje. Mañana y tarde, no perdonamos paseo, igual nos da que llueva o haga sol. Así que las luces de Navidad son la excusa perfecta para caminar por la ciudad.




Para mí tienen un encanto especial, un "algo" que me transporta a la infancia, que me transmite ilusión, que me hace disfrutar de estas fechas.
Lo cierto es que me gustan las Navidades. Siempre temí que llegase ese "momento adulto" de odiar estas fechas, pero en mi caso puedo decir orgullosa que a mis 32 años, ni siquiera se asoma... (quizás no sea aún lo suficientemente adulta...jijiji)


Disfruto de las luces, de los villancicos, de pensar y comprar los regalos, de hacerles envolturas bonitas, de ver los belenes, de la recepción de los Reyes, de la cabalgata... Me encanta descubrir que la niña que se mantiene dentro de mí, sigue estando ahí año tras año.


Y por supuesto pretendo transmitirle a Bubi esta ilusión, el disfrute de estas fiestas, el placer por un momento del año que tiene identidad propia.
Llevamos varios días viendo la iluminación por el centro de la ciudad, tarareando villancicos... Pero aún tenemos muchas cosas pendientes: comprar una pandereta (una pequeñita de plástico que él pueda manejar con facilidad), poner el árbol y el nacimiento en casa (¡fundamental!), ir a visitar los belenes, subir en el "tren de la ilusión" que recorre la ciudad viendo las luces, ir a ver a los Reyes en su llegada a la ciudad la mañana de la cabalgata (¡este año llegan en camello!) y, por supuesto, ¡leer cuentos sobre la Navidad!
De momento estamos con "Sueños de nieve", que nos gusta mucho, y con cada animal cantamos un villancico. Hace unos días os dejaba la reseña aquí.


Además, dentro de unos días iremos a un concierto de Navidad para bebés, ya os contaré.

Así que ya sabéis, no perdáis la oportunidad de salir a disfrutar de las luces con vuestros peques. Ver el brillo de sus ojos cuando se reflejan en ellos, no tiene precio.

¿Recordáis haber ido a ver las luces de Navidad cuando eráis niñ@s? ¿Qué sentimiento os viene a la cabeza?

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